Parece increíble lo mucho que te puede llegar a importar alguien, ¿eh? Como te comes la cabeza por él, te rayas, te deprimes, te haces mil preguntas y todas sin respuesta, porque ciertamente, nadie las puede responder. Aquí lo único que pretendo es que entiendas que la vida no es de color rosa, sino del color que tú le pongas a cada sonrisa.
sábado, 18 de febrero de 2012
No soy de las que se paran a pensar las consecuencias. Actúo. Disfruto o sufro. Me relajo o me deprimo. Pero siempre termino olvidando, o mejor dicho, quitándole importancia. Intento no quedarme atascada. Busco momentos mejores. Y si no los encuentro, vuelvo a aquellos que ya pasaron.Está claro que volveré a pasar por esa etapa, de sufrimiento. Y que junto a ese sufrimiento, la nostalgia. Quizás ese sea mi punto débil. Recordar. A veces los recuerdos son una droga mortal, que a la vez que alivian, envenenan.
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indiferencias y diferencias